A tumba abierta

Hoy ya las cosas no son como ayer, al fin encontré lo que tanto buscaba,

buscando siempre sin saber qué buscar, perdiendo siempre que apostaba,

jugando al negro salía el rojo y a mí me daba igual,

nada importaba y apuraba mi vida,

entre la noche y la mentira,

siempre rodando en las entrañas de un bar.

A tumba abierta en la autovía,

conduzco rápido y no sé dónde voy,

dime quién tiene la salida,

¡pero hoy!

(Est.) El mundo entero se paró ante mí,

¿quién eres tú? le increpé asombrado,

no te veía pero estabas ahí,

siempre estuviste a mi lado,

no quiero nada que no esté junto a ti,

por menos no me vendo,

yo ya estoy harto de dejarme la piel

y vengo del infierno,

yo ya estoy harto de dejarme la piel,

en historias que son absurdas.

Quemando etapas sin mirar hacia atrás, vivir la vida sin conciencia,

el horizonte se me acaba en la barra,

sentir la vida me parece imposible bebiendo una cerveza,

tengo un sueño que es absurdo,

tan sólo quiero poder ser feliz,

yo quiero algo que no es de este mundo,

¡pero hoy!

(Est.)

Sin ti

Y es que yo, si he de serte sincero, no entiendo estas cosas,

que encontrarte y perderte de vista tenga el mismo fin,

que ande loco buscando tus ojos y no encuentre nada,

que me invente un millón de palabras que no te diré.

Y es que algunos malditos momentos me siento tan solo

y esta noche sólo una botella está junto a mí,

alzo el vuelo y de nuevo me estrello contra tu recuerdo

y un día más vuelvo a casa cansado de seguir sin ti.

Dulces sueños mi amor, la botella está casi vacía

y yo sé que mañana mi mente también lo estará,

puede ser que por fin de este modo consiga olvidarte,

puede ser que quizás no recuerde que ya te olvidé.

Quiero ver frente a frente las cosas que llenan la vida,

y soltar de una vez las cadenas que me atan a ti,

ahora sé que mi vida no ha perdido su fuerza,

que es mejor que te olvide y que empiece de nuevo sin ti.

Tu soledad

Son las siete de la mañana comienza un día más,

al otro de la almohada ella descansa pero tú ni la miras ya,

un gruñido y un beso “cariño mío nos veremos para cenar”,

hace frío y está nublado y el camino al curro que es siempre igual.

El trabajo se hace insoportable y tu relación con los demás,

no toleras nada ni nadie y decides esto lo tengo que cambiar,

Tengo que cambiar (tres)

No quiero ser de cualquier manera, no ser uno más (tres),

No quiero ser de cualquier manera ¡quiero ser genial!

Y ahora conduces un coche nuevo y vives fuera de la ciudad,

eres tu propio jefe y tienes más libertad,

a ella la abandonaste un día y duermes con quien te apetece más,

casa, piscina, y un barco nuevo…

¡deberías disfrutar más!

¡sí, sí, sí, deberías disfrutar más! (dos)

Sí, tengo más dinero ¡y qué! Sí, hago lo que quiero ¡y qué! (dos)

¡Y qué!

Son las diez de la mañana amaneció un día más,

al otro de la almohada ella descansa pero tú ni la miras ya,

hace frío y está nublado y haces el camino a la ciudad,

entre tanto lujo que te rodea lo que brilla es tu soledad,

tu soledad (varias…)

Sigo herido

Un nudo en la garganta, los puños apretados,

los ojos enrojecidos y tú no estás aquí.

El orgullo cierra el corazón, la salvación se va,

solo atento a la ira, violencia liberada.

Y en el metro todo sigue igual,

la huelga de basuras apesta ya,

pintadas de niños solos,

escribiendo en grafitis su nombre.

Y en la calle la normalidad,

parece que no llueve, no te puedes fiar

y un mendigo en el suelo, suplicando dinero,

para comer.

De vuelta a casa, enciendo el televisor

y habla de cientos de muertos en una inundación,

menos mal que dicen que con el tiempo,

todo irá mejor

y la huelga de basuras, ya dos meses que empezó.

(Est.) Y yo sigo herido de muerte por obstinación,

mi vida es mía, mi vida es mía

y mi dueño soy yo

(Est.)

La isla

He vivido escondido en una isla,

mientras todo se agitaba alrededor,

he saltado sin red sin darme cuenta,

que tal vez no era esa la mejor ocasión.

Quise hacer la vida fácil con ginebra,

descubrí el lado oscuro del dolor,

y apuré de un trago la última botella,

intenté poner en marcha el corazón,

el corazón…(cuatro)

(Est.) Y una vez me dijo esto un buen amigo,

que la vida es un regalo que da Dios

y aprender a vivirla no es difícil

y vivida en compañía… ¡sabe mejor!

Desde entonces he guardado las maletas,

mi soledad una tarde se marchó,

ya no veo los toros desde la barrera,

ahora los pases de pecho los doy yo,

los doy yo… (cuatro)

(Est.)

Mi oportunidad

Las nueve dieron en el reloj de la catedral,

tendría que irme a casa dijo casi sin pensar,

de pronto nuestras órbitas coincidieron en un par,

creo que fue aquella mi oportunidad,

sí, creo que fue aquella mi oportunidad.

No pienso hacer lo de todos los días esta vez,

prefiero tirarme a la vía cuando pase el tren,

tener que hacer algo importante,

los domingos por la tarde,

antes que ponerme a componer.

(Est.) Este hastío es una lata no hay quien lo pueda aguantar,

la monotonía raya en la imbecilidad,

estoy harto de estas nubes artificiales sobre mí,

que me vienen por mi pereza de vivir.

Al final llamaré a alguien por el teléfono sin cable,

una llamada lejana hacia un rostro miserable,

una voz amiga que sepa cómo aconsejarme,

acerca de la mejor manera para suicidarme,

sí, acerca de la mejor manera para suicidarme.

(Est.)

Las nueve… (final)

Lunes cualquiera

Es la historia de un lunes cualquiera cargado de estrés,

te levantas de mala manera tomas un café,

en la empresa tu mesa desborda papeles de ayer,

lo atrasado lo dejas por lo que es urgente también.

(Est.) Verás por la ventana el sol,

hoy está despejado y con calor,

verás por la ventana el sol,

la lucha se presenta a tu favor.

Camarero un menú no muy caro que ya es fin de mes,

dese prisa que tengo dentista esta tarde a las seis,

el atasco te vuelve a robar más minutos que ayer

y a lo tonto ha pasado este lunes, tan grave no es.

(Est.)

Poco a poco

Poco a poco mi amor se fue acabando,

socavando las piedras del altar,

mis lágrimas se fueron secando,

al abrigo de un sol madrugador.

Poco a poco mi amor se fue apagando,

poco a poco el arrullo de tu voz,

a la sombra de tus gritos despiadados,

fui olvidando, poco a poco, tu amor.

El día se presenta claro y frío,

me acompaña el mirlo que, por fin, llegó,

la vida entera me está esperando,

tranquila,

ni de lejos oigo el eco de tu voz.